Mi obra refleja las cosas que yo observo y contemplo en mis días; mundos sutiles y mundos inmensos dentro de la naturaleza, como los movimientos del agua, las formas de la montaña, las formas transitorias e impermanentes de las nubes.
Todo comienza con una inmensa emoción. Siento una necesidad imperiosa de traducir esa emoción en pintura. A veces pienso que puede que sea la propia pintura la que desea ser emoción.
Ainhoa Batres es una artista plástica afincada en la sierra de Madrid. Su pasión por la
pintura le llevó a licenciarse en Bellas Artes en la facultad Complutense de Madrid.
Tras finalizar sus estudios comenzó una minuciosa investigación acerca de cómo las goteras y
humedades pueden transformarse en algo bello.
De esta indagación surgió todo un universo que hoy podemos ver en sus pinturas.
La naturaleza es su fuente de inspiración y de ella extrae todo un mundo de formas y detalles
para crear atmósferas donde nos invita a imaginar, a sentir y a transportarnos al mundo
onírico, al mundo de sus sueños.
Le apasiona la danza y la música, por ello crea composiciones donde se proponen, a modo
de coreografías o partituras, recorridos para trazar con la mirada en el cuadro... siempre
cuidando el equilibrio y el ritmo visual de sus obras.
Su proceso de creación surge de la atención, los cuidados y la paciencia.
Es un proceso que trata de respetar los tiempos de secado natural de las manchas en el lienzo y donde surge una escucha activa de la materia.
La calma y el deseo de crear belleza siempre prevalecen en cada obra. En este proceso ella recrea con meticulosidad y deleite finas lineas y pequeños puntos de atención hechos con gran pulso don-de la mirada se aquieta.
La artista Ainhoa Batres plasma en sus delicados cuadros la sencillez de los sentimientos,
empleando una paleta alegre y elegante. Una pastilla de jabón, una piedra rosada, una
pequeña rama y un trocito de tela de hilo sirven como detonantes creativos en su taller.
Mediante las insinuaciones de las formas pretende que cada espectador de rienda suelta a
su imaginación y cree las historias que pueden suceder para él o ella en el cuadro.
Logra esta explosión de colores mezclando distintas técnicas pictóricas como tintes
sintéticos y naturales, pinturas acrílicas, acuarela o pan de cobre, entre otros.
Los detalles brillantes dorados evocan hallazgos arqueológicos antiguos en los que se inspira
para crear pequeñas "joyas" que perduran con el paso del tiempo en sus cuadros.
La niñez y sus vivencias a lo largo de los años se reflejan en las manchas flotantes y el trazo
del pincel.
También podemos observar ciertos matices que nos recuerdan al Arte Oriental en las representa-ciones figurativas de la obra.
Te invitamos a dejar volar tu imaginación... Existe una belleza que cura.