Galeria de Arte
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Conchi Ororbia, Lola Santos y José Domínguez


Conchi Ororbia
Lola Santos
José Domínguez


del 2 al 21 de Septiembre de 2019

Inauguración: Jueves 5 de Septiembre a las 20:00 horas

La pasión es esa fuerza vehemente que nos empuja a hacer, sin importar cómo, cuándo o dónde y solo persigue un fin, el deseo. Un sentimiento que se termina convirtiendo en necesidad, transformado nuestro interior y nuestra forma de entender lo que vivimos. La pasión nos mueve a poseer, a crear y a transmitir. Aunque de naturaleza atractiva, la pasión es esquiva, algunos podremos llegar a deleitarnos con ella fugazmente, pero muy pocos son capaces de convertirla en fundamento de su vida.


Sin lugar a dudas, la pasión es lo que ha permitido que hoy disfrutemos de esta exposición. No solo por el hecho de ser una muestra del arrojo de tres artistas que no han dudado en dejarse llevar por ella, dando como resultado un trabajo creativo realmente atractivo, que comentaremos más adelante; sino también porque ha sido el motor que ha empujado a Quique y a Montse, directores de la Galería Montsequi, durante estos últimos quince años. Pasión que les ha permitido convertir un local comercial en pleno barrio de Chamberí en un centro artístico donde disfrutar del arte más contemporáneo, aprender diferentes técnicas artísticas de la mano de grandes maestros, cuestionar y debatir sobre las nuevas ideas estéticas y ser partícipes de la celebración de un sinfín de iniciativas culturales. Asimismo, su pasión ha desbordado este espacio al apoyar año tras año a cada uno de los artistas que forman parte de este proyecto, ha traspasado fronteras al participar en infinidad de ferias internacionales y ha contagiado a cada uno de los que hemos tenido el placer de colaborar y aprender con ellos. Sirva esta muestra para celebrar tantos años de esfuerzo, valor, profesionalidad y amor por las artes. Muchas felicidades.

Así, la pasión tiene el poder de convertir la labor en placer, despertando la curiosidad y el deseo de experimentar, circunstancias que son palpables en el trabajo de José Domínguez. Seguidor irrenunciable del Impresionismo, capta sobre el óleo la atmósfera de las grandes urbes europeas. Sus avenidas, su tráfico, su gente y sus grandes monumentos vibran bajo la pincelada suelta de este autor. Un entramado de manchas que, si bien puede asemejarse al de grandes maestros como Monet o Pissarro, se desliga completamente de estos en la forma de construir la obra a través del color, al reducir su paleta a los tonos grises, azules, rojos, blancos y negros. De esta manera, no busca la representación de la realidad tal y como la percibe el ojo, como el ideal Impresionista, sino que mediante un ejercicio original de apreciación subjetiva la transforma, creando su propia huella de identidad.

Conchi Ororbia nos traslada a un mundo lleno de intensos y vívidos colores, donde la lógica no tiene importancia, un universo onírico que persigue el deseo de transmitir emoción, de lograr conectar con el espectador. Estamos imbuidos en una sociedad que cada día rompe más puentes con la realidad, las relaciones se han transformado en acciones distantes que se confirman con un doble check. No existe el contacto y el diálogo ha derivado en un ininterrumpido monólogo vacío. Ante esta situación Conchi Ororbia convierte a la pintura en su aliada, en una herramienta de expresión profunda libre y onírica, acercándonos con un lenguaje en el que prima la figuración a escenas íntimas, hermosos instantes de gozo, pasión, amor, alegría y conexión. Una pintura sincera que nos recuerda lo verdaderamente importante de la vida, compartir.

La pasión es lo que permite que una idea se convierta en algo real, es un sentimiento que acompaña a Lola Santos durante todo su proceso creativo, convirtiendo cada uno de los pasos que da en una experiencia tan importante como el propio resultado material. Desde la concepción de la idea hasta la búsqueda de la mejor manera de ejecutarla, la artista indaga en su interior recuperando todas esas sensaciones que luego vuelca en cada una de sus piezas. La tarea se concreta a través de la técnica del modelado, entrando en contacto directo con la materia, añadiendo, quitando, dando forma, dejando su huella en cada una de las obras. Finalmente, una ligera delicadeza lo envuelve todo, característica que se acentúa mediante una extrema sencillez formal que, sin embargo, es capaz capturar la belleza de un gesto, de un sentimiento e incluso, de la propia contemplación.

Izaskun Monfort Aurteneche. Comisaria y crítica de arte independiente.